sábado, 14 de abril de 2012

Salmones nosotros

   "No sé qué es lo que hace al salmón regresar a casa para regalar la vida que le fue regalada, subir el curso de las aguas contracorriente, nadar y nadar hasta llegar al lugar que le vio nacer, atravesando las cascadas que le vieron partir cuando niño-pez. Tal vez no encuentre nada en su viaje por las aguas que surca durante su vida. Tal vez se sienta siempre extranjero, y el impulso de regalar esa vida que le regalaron le hace volver al lugar donde siente que nacer es posible. Ahora debo callar, escuchar el rugir de los ríos adentro, entenderme como tren que viaja , como pájaro que vuela , como pez que nada. La nostalgia no es fuerza para regresar cuando la vida entrega vida, lejos del lugar que nos vio nacer.  No hay regreso posible a lugar ni momento alguno. Siempre hacia adelante, siempre extranjero."  

(El Corsal Desastre) 


sábado, 18 de febrero de 2012

De darse vueltas

 No decir nada es ya decirlo todo,
 o al menos ya es decir alguna de sus partes.
 Cuántas vueltas hay que dar,
y cuánto horror,
 y cuánta mierda.


martes, 24 de enero de 2012

Te hablo

"No abandoné el vacío y el desierto,
vivo en peligro.

Tu canto no me ayuda,
cada vez más tenazas,
más miedos,
más sombras negras."



martes, 3 de enero de 2012

La noche

  Volvía a casa a la diez de la mañana, después de la noche. El abrigo no me daba calor, era como si hubiera perdido solidez, como si fuera un pedazo de cartón. La bufanda estaba hueca, vacía, temblorosa..., y pedía disculpas por no cubrir completamente el cuello. Estaba soleado pero faltaba brillo en el cielo. El sol era como la luz de una bombilla a punto de fundirse. Mis pasos eran automáticos. Cruzaba las calles sin mirar, como si todo fuera un gran paso de cebra y yo estuviera protegido ante las embestidas de los coches. Fue un momento en el que no me importaba estar desprotegido, porque sentía que no tenía nada que proteger. 

  Una vez en casa me pregunté qué había pasado exactamente. Como era de esperar, no me di la respuesta y decidí enredarme en una nube de afectos descompasados y sin sentido, que al menos me hicieran bailar un rato. Pero ni siquiera eso. Había perdido algo por el camino, y no sabía qué. Sólo la sensación de que había cambiado algo. Pero sin trueque. Había cambiado algo por nada. No era una sensación nueva. Era más un recuerdo de lo que son en el fondo las cosas, de la motivación por la que uno hace lo que hace, o por la que no hace nada de lo que podría hacer. 

   Intenté todo y nada. Eso era: nada. Lo que me dolía era comprobar que el fantasma siempre vuelve. Y que cuando lo hace,  nos retuerce el cuello. Y que cuanto más tarda en regresar, más fuerte se hace su vuelta, y más difícil la huida. 

   Todo es ausencia o apariencia de ausencia. Y quizá no es tanto lo que pasó esa noche, sino la sensación de desamparo que me asaltó de madrugada, como si a mi lado no  hubiera nadie. Nunca. 


lunes, 3 de octubre de 2011

Estoicismo aplicado ( e ironía )


"En realidad nunca pasa nada
Y si pasa... ¿qué importa?
Y si importa... ¿qué pasa?"



jueves, 29 de septiembre de 2011

Chistes cortos y chascarrillos de autoinvención. Vol I

Tu novia está tan insatisfecha que te llenó las sábanas de migas de surtido Cuétara cuando se enteró de que en la variedad está el gusto.